viernes, 22 de julio de 2011

5a edición de los Mensajes del Más Acá

El juego en la vida y el teatro

Jugar no parece cosa seria, sin embargo si nos tomáramos la libertad de dejar entrar al juego en nuestra vida cotidiana, seguramente veríamos las cosas de otra manera y entenderíamos que jugar no es cosa de niños.

----------------------------------------------------------

21 de julio de 2011, mientras las actividades de verano se pelean por nuestra atención, nos encontramos en el taller punyeto con Irma Borges, coordinadora artística de Pallapupas, para dedicar unas horas al juego en todo el sentido de la palabra, ya que Irma llegó con el claro propósito de jugar con nosotros.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

No nos puso las cosas fáciles pues para encontrar el significado de juego* tuvimos que buscar algunas definiciones en unos rollitos escondidos entre muñecos, maletas, frascos y frasquitos rellenos de cosas maravillosas. ¿Quién se iba a imaginar que una de las definiciones se fue a esconder al otro lado del océano, en Chiapas, México para ser llevada al taller gracias a la participación “La Doc” que, a pesar de nuestra tecnología punyeta, no perdió las ganas de jugar!

Supimos que Huizinga es el primero en teorizar sobre el juego y que defendía que el juego se encuentra en todas partes y, al comprender que el juego es el origen de muchas de nuestras pautas de comportamiento, empezamos a elaborar nuestras propias definiciones.

Poco a poco, los adultos aquí reunidos entramos en el juego de Irma y sin darnos cuenta nos olvidamos que, detrás de esta puerta había otra realidad, con sus tiempos, sus prisas y sus preocupaciones. Por un par de horas nos volvimos a sentir conectados con nuestra capacidad lúdica como cuando éramos niños.

Comprendemos entonces cómo podemos transformar una situación de tensión en un juego para hacerla así más llevadera. Descubrimos la magia del “como sí” que tanto usan los payasos de hospital (compórtate como si estuvieras en la selva, sopla como si apagaras una vela, camina como si vivieras sobre la luna…), y nos adentramos en el mundo de los Pallapupas quienes saben que el juego es una poderosa herramienta que tienen a su favor, y lo utilizan de maneras versátiles y adaptadas a las necesidades de cada colectivo, por ejemplo:

EN PLANTA realizan intervenciones poco invasivas de 1 a 3 minutos con el objetivo de dejarle al niño un imaginario que él mismo pueda continuar con sus padres. En los HOSPITALES DE DÍA o en CENTROS DE SALUD MENTAL intervienen en las salas de espera donde hay diferentes perfiles, edades y condiciones médicas. Con los NEONATOS se despliegan herramientas sensitivas y con los ABUELOS ayudan a rescatar su memoria.

Es por esto que un Pallapupas tienen una capacidad de frustración tan alta como de improvisación -explica Irma- pues nunca sabe a qué se va a enfrentar, y, si bien el clown rompe las reglas para crear otras nuevas, los Pallapupas tienen tres normas básicas: suelen trabajar en parejas, existe una jerarquía entre los clowns previamente establecida y llegan con un imaginario muy claro. Con estas pautas el reto de transformar el espacio tomando elementos de la realidad para que el niño entre en el juego es más fácil. Y a pesar que en Pallapupas se entiende al clown desde la técnica de Lecoq (usar más el movimiento que la palabra) es muy difícil intervenir estos espacios sin valerse del lenguaje oral. Después de todo, las únicas consignas inquebrantables para un clown son SER y ESTAR.

Y así, siendo y estando, pasamos de la edad media a la luna, de ser escudo a ser amenaza, de moco a pájaro, a foco, a manzana para terminar siendo palabra. El tiempo y el espacio de juego, tal como nos lo explicó Irma, había terminado, o no?

---------------------------------------------------------------------

* Estos son los textos que jugaron con nosotros y la bibliografía que recomienda Irma para quien quiera adentrase en el juego de las palabras:

"El juego es esencialmente una ocupación separada, cuidadosamente aislada del resto de la existencia y realizada por lo general dentro de límites precisos de tiempo y lugar."

Roger Caillois

"La experiencia cultural comienza con el vivir creador, cuya manifestación es el juego."

Donald Winnicott

"Para apreciar el juego, el juego sin reglas, para comprender sus formas y sus figuras, sin duda es conveniente poner entre paréntesis por uno mismo la seguridad vinculada a la búsqueda de relaciones fijas o de configuraciones estables: es necesario haber preferido por si y en si lo efímero y lo perecedero."

Jean Duvignaud

"…los juegos ayudan al hombre a evadirse de la realidad (y lo lleva a)… la recreación, la formación de otros mundos, es decir, la suplantación de la realidad auténtica (cotidiana, vital, existencial) por una realidad artificial, arbitraria, imaginativa, que es la del juego. (…) el hombre, desde que fue homo sapiens, sabe, tiene consciencia de que la vida acaba, de que su fin es la muerte. Y el juego es la forma imaginativa de huir momentáneamente de ese fin, de fingir que se es, así sea por breves momentos, inmortal."

Juan Nuño

"Para comprender la poesía hay que ser capaz de aniñarse el alma, de invertirse el alma de niño como una camisa mágica y preferir su sabiduría a la del adulto."

Johan Huizinga

"Juego y niñez recorren camino paralelos; juego y arte modelan realidades."

Marta Lewis


Bibliografia:

Homo Ludens, Johan Huizinga

Los juegos y los hombres, Roger Caillois

El juego del juego, Jean Duvignaud

Juego y realidad, Donald Winnicott

El espacio vacío, Peter Brook

Juegos en que participamos, Eric Berne

---------------------------------------------------------------------

Fotos de la sesión:








viernes, 15 de julio de 2011

4a edición de "Mensajes del Más Acá"

El poder de una sonrisa

La sonrisa no es menos importante que muchas otras cosas, pero actualmente, no nos dejamos mucho espacio para jugar… ¿o sí?

----------------------------------------------------------

El pasado 7 de Julio, Antonio Masegosa, actor y director artístico de Pallapupas, pallassos d’hospital, compartió con nosotros su experiencia sobre el tema. Nos hacía especial gracia empezar la temporada con alguien vinculado al teatro, puesto que todos nosotros, quien más quien menos ha estado vinculado a las artes escénicas y, de hecho, nos conocimos en unos talleres de teatro.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Siguiendo con la tónica de algunos invitados espaciales, Antonio prefirió un cojín en el suelo a la silla y descalzarse y, a pesar que el día anterior había estrenado “Ella”, un espectáculo fruto de la creación colectiva a partir de la metodología del teatro social vinculado a Radio Nikosia, no tardó ni 30 segundos en dejar atrás el estrés para conectar con nosotros.

Antonio, partiendo de la base que la sonrisa no es menos importante que otras medicinas, nos habló del importante papel del payaso para humanizar la salud y del impacto que tiene en la pronta recuperación de los niños.

Para entender esto fue importante hablar del payaso no desde el estereotipo de la carcajada y el maquillaje, sino desde un ser vulnerable y travieso que escucha, mira a los ojos y juega.

“El payaso nace del alma, de lo más profundo del corazón”, nos aclara Antonio, “por eso conecta tan bien con los niños y, como a los niños, tampoco le importa trasgredir o hacer lo incorrecto abriendo un espacio de juego incluso en las circunstancias menos imaginables”.

El mejor ejemplo es su PROGRAMA QUIRÓFANO donde una pareja de payasos (hombre y mujer) acompaña a los niños en todo el proceso de hospitalización, desde la sala de espera y la sala de reanimación hasta el momento del alta. El payaso se convierte en un referente y “compañero amigo” para los niños y en un “guardián protector” en la mirada de los padres, que sufren menos al ver sus hijos subir al quirófano sonrientes y cuidados.

A pesar que no existen estudios científicos que avalen los beneficios del trabajo de los payasos en el momento de ingresar a un niño, hay hospitales como el Sant Joan de Déu (Barcelona) donde no se entiende una intervención quirúrgica a un niño sin la presencia de los payasos, que ya forman parte integral del equipo asistencial.

Pero los payasos de hospital no son sólo intuición, antes de acercarse a cualquier paciente se informan sobre las condiciones médicas de los niños, pues es igualmente importante abrir el corazón como conocer las limitaciones físicas, emocionales y/o culturales de los pequeños pacientes y sus familiares. En este sentido, la colaboración del personal hospitalario y la comprensión por parte de los payasos del lenguaje y equipo médico juegan un papel muy importante.

Antonio define el trabajo de Pallapupas como el de cualquier otro profesional. No cualquier payaso puede ser un payaso de hospital por eso, además de un casting artístico, los pallapupas deben de capacitarse continuamente tanto en la comprensión de unos mínimos conocimientos médicos para relacionarse con el mundo sanitario, como formación continua a nivel artístico (5 horas de improvisación requieren mucha madurez por parte del payaso) y un especial cuidado a nivel emocional, pues las emociones que emergen consecuencia de las circunstancias del trabajo también deben ser atendidas.

La mayor sorpresa de la tarde fue enterarnos que Pallapupas no sólo trabaja con niños hospitalizados, sino que sus narices abarcan también a los mayores: personas con problemas de salud mental y sus familiares, además de desarrollar su PROGRAMA GENT GRAN donde se están consiguiendo resultados muy positivos al trabajar con temas como la demencia, o El PROGRAMA TEATRO SOCIAL donde se trabaja desde la metodología del teatro social y teatro del oprimido fomentando la creación escénica con personas que no están internadas en ninguna institución, así como su PROGRAMA DANZA donde se trabaja el movimiento libre con gente mayor desde la óptica de la posibilidad humana de mejora.

Por último nos habló de su participación en la LICENCIATURA DE MEDICINA, donde imparte una asignatura de clown y teatro social. Esta es la única asignatura de la carrera donde se trabaja la relación con el paciente y por eso no le sorprende la gran dificultad de médicos y enfermeras para tocarse y mirarse a los ojos. “Introducimos el juego en las aulas frías donde los alumnos te esperan con el lápiz y el papel” -nos cuenta Antonio orgulloso-“intentamos dar a entender que la risa puede formar parte de un espacio serio y jugamos a barrer prejuicios.”

Y tras un video de payasos en acción y un reconfortante pastel de chocolate, la charla se difumina en sonrisas y despedidas, mientras resuenan en el aire las palabras de Antonio: ¿Tenemos madurez para jugar?

Nosotros creemos que sí. Impepinablemente.

--------------------------------------------------------------------
Fotos de la sesión: